Couch Surfing, lejos pero como en casa

 

“Nunca más, pago una hostal boluda!” inicio de la conversación de dos hombres sencillamente vestidos y con cara de varias noches de desvelo. Uno de estos, rubio, ojos verdes, con cara de hippie bien vivido y con poca vergüenza, que tenía en la punta de la lengua la palabra “follar” más bien dicho “fosshar” por que provenía de la “Ciudad de la Furia” Bs As, y según él en su recorrido de casi 3 meses se ha acostado con 43 mujeres hasta el jueves 29, 20:00 horas, toda esta conversación en la vereda de una conocida calle de la capital. El otro por su lado, se notaba cansado, por las mismas horas de rumba del extranjero con la diferencia que este tenía que trabajar desde muy temprano para pagar el “Couch” en que vivían los dos.

Resulta que, existe una comunidad virtual llamada “Couch Surfing”, en la que consta de miles de usuarios que ofrecen su casa, para el recibimiento de personas de otras partes del mundo, ventaja de ahorro de hotel, restaurantes e información, acompañada con la «buena convivencia con el extranjero».

¿Pero, la tecnología y su alcance para las relaciones sociales, es segura? Muchos de los “couch” afirman que sí, puesto que cuentan con un sistema de verificación de datos, pero claro, siempre está la duda general de los paíseses “del bajo mundo” en recibir a un “gringo” en casa. Claro, la especulación de algunos comentarios de solteros en la mayoría de los casos, no les molestaría recibir a dos inglesas, o dos colombianas, o quién sabe si las cuatro juntas, pero eso, ya con fines más personales, que se tratarán en otra ocasión (en las solteras, el pensamiento es el mismo, cómo no!).
Varias opciones acompañan a este sitio web, iniciando por la creación de un perfil que lleva foto, experiencia laboral y capacidad de alojamiento. Pero una de las principales y quizá se trasforma en un requisito es el dejar una recomendación, en la que por medio de comentarios después de haber llegado a la casa de tal persona, se escribe sobre la experiencia que se vivió. Entonces, es cuando los viajeros deciden esa casa para su hospitalidad.

“Las mejores fiestas, porros y buena cerveza, siempre en la casa de Carolina”, con ese comentario, la supuesta Carolina ya ha recibido cerca de 20 personas de distintas partes del mundo que han llegado a la capital, en los último 4 meses.
Las experiencias son únicas fuera de compartir la variedad de culturas, de estilos de vida, y quien sabe de relaciones personales. Pero, es importante conocer que de casi 1,7 millones de miembros, el 17% habla español, el 70% tiene menos de 30 años, el 50% está en Europa y en América Latina el mayor porcentaje de Couch’s de los lleva Chile, el 46% está dispuesto a permitir que se llegue a su casa y el 20% le gustaría tomar algo con quien lo recibe.

Esta buena opción para los aventureros y gente que generalmente viaja sola o en pares, es una gran alternativa para hacer del viaje una gran opción, ya que conocer a alguien en cada punto del mapa es la manera más segura de moverse en un lugar jamás visitado. El miedo más grande el ser humano se centra en la intriga de lo desconocido, y en el caso de los que hacen el papel de residentes no quiere decir que su propio territorio no exista el peligro, sino que es manejado de la mejor forma en cierto modo, de eso se trata este programa “Couch”, que un extranjero pueda sentirse seguro y cómodo como en casa, ahora depende de cada persona como maneje la situación y si es que está dispuesto a brinar alojamiento por algunos días a desconocidos, en el caso de que sobre espacio en casa, para brindar apoyo a los locos viajeros, que siempre tendrán algo que contar.